Alimentación macrobiótica

Las algas comestibles son las verduras del mar porque tienen un alto contenido en sales minerales y oligoelementos. Son mineralizantes y depurativas.

 
Gracias a uno de sus componentes fundamentales, el ácido algénico, las algas nos ayudan a eliminar aquellos metales pesados que provienen de la atmósfera por la contaminación o de las purinas que contienen algunos productos de procedencia animal que ingerimos habitualmente en la comida.
 
Las algas más comunes que se utilizan en la cocina:
 
– Kombu: hace más digestiva la ingesta de alimentos además de potenciar y mejorar su sabor. Por ejemplo, si un día cocinas una fabada asturiana, añádele kombu, ya verás que buena digestión haces. Y si además para finalizar la comida te tomas una infusión de anís estrellado, disfrutarás de una feliz tarde.
Otro de los secretos que encierra este alga es que al cocinarla junto con otros alimentos, como por ejemplo las legumbres o los cereales, reduce su tiempo de cocción.
 
– Nori: es rica en vitamina A. Se trata del alga que se utiliza para confeccionar el sushi. También resulta muy agradable para sazonar platos cocinados a base de cereales, pastas y sopas. Para ello tienes que tostar previamente una o varias hojas de Nori, pasarla ligeramente por una llama suave hasta conseguir que quede crujiente y desprenda un aroma agradable. Después la debes deshacer con las manos y espolvorearla sobre el plato a sazonar.
 
– Hijiki: posee un sabor genuinamente fuerte que cuando te acostumbras a él, resulta delicioso. Tiene un alto contenido pro vitamina A, hierro y calcio (14 veces más calcio que la leche de vaca). Recomendado para niños y madres embarazadas.
 
– Arame: tiene mucho calcio y fósforo. Se usa para cocinar sopas y ensaladas.